Siempre que he observado este dibujo me ha transmitido una sensación de irrealidad. Cuando pasamos por primera vez por un lugar, a veces en nuestra mente se nos ilumina algo que es sólo nuestro, que tiene que ver con nuestros recuerdos, con nuestras antiguas vivencias y se superpone a esa figura que estamos viendo, transformando la escena, ese paisaje, en algo diferente .Esa primera figura nos ha transmitido a veces una súbita congoja,una alegría , una inesperada armonía interior u otras evocaciones. Este dibujo intuyo yo que estuvo creado bajo esos influjos. Hay en este pueblo una suave luz verde y ocre que no llega a ser real,se divisa una sedosa y "olorosa alfombra" de pradera de un verde apagado cuyo color invade todo el paisaje de una forma irreal pero bellísima . Los tejados están impregnados por esa luz oliva, las sombras que proyectan los muros también....Todo exhala esa dulce fragancia a musgo viejo y a frescor. Acaso Pere Ventura cuando creó este dibujo impregnó este cuadro de una armonía con la que filtró la imagen captada de ese lugar y dejó plasmada esta belleza suave y armónica que no se me antoja real pero sí deliciosa y única. Antonia Sanchez
Antonia dijo...
ResponderEliminarSiempre que he observado este dibujo me ha transmitido una sensación de irrealidad.
Cuando pasamos por primera vez por un lugar, a veces en nuestra mente se nos ilumina algo que es sólo nuestro, que tiene que ver con nuestros recuerdos, con nuestras antiguas vivencias y se superpone a esa figura que estamos viendo, transformando la escena, ese paisaje, en algo diferente .Esa primera figura nos ha transmitido a veces una súbita congoja,una alegría , una inesperada armonía interior u otras evocaciones.
Este dibujo intuyo yo que estuvo creado bajo esos influjos. Hay en este pueblo una suave luz verde y ocre que no llega a ser real,se divisa una sedosa y "olorosa alfombra" de pradera de un verde apagado cuyo color invade todo el paisaje de una forma irreal pero bellísima .
Los tejados están impregnados por esa luz oliva, las sombras que proyectan los muros también....Todo exhala esa dulce fragancia a musgo viejo y a frescor.
Acaso Pere Ventura cuando creó este dibujo impregnó este cuadro de una armonía con la que filtró la imagen captada de ese lugar y dejó plasmada esta belleza suave y armónica que no se me antoja real pero sí deliciosa y única.
Antonia Sanchez
3 de octubre de 2009 13:10
me gustan esos pueblos que llevan ese toque tradicional y antiguo, calles angostas, campanarios y muros blancos, es precioso! me encanto,
ResponderEliminarsaludos,